El futbolista uruguayo es una raza genéticamente alterada desde pequeño y por eso hoy quiero dedicarle unas palabras al Baby Fútbol y toda esa hermosa cantera, forjadores de talentos.
Porque Uruguay es el país con más copas per cápita? Qué nos hace ser “ganadores” siendo algo más de 3 millones de habitantes??
En lo personal creo que la cuna de jugadores está en el Baby Fútbol, muchos dirán “obviamente!”, pero no hablo de el fútbol en si, de jugar a la pelota, hablo del carácter, de la entrega, del compromiso para con su camiseta y su equipo… pequeños gigantes…
El Baby Fútbol no es para cualquier familia, si bien la idea de que se diviertan y hagan deporte está siempre, en realidad va más allá.
En esta temprana etapa de los futbolistas es cuando se le inculcan y/o adquieren, aprenden, creo yo, lo que nos diferencia del resto de los países en el fútbol.
No tendremos el jogo bonito de los brasileros, o la técnica de los argentinos, pero a carácter no nos gana nadie, cuando las papas queman y la situación es adversa, aflora la Garra Charrúa que traemos en el códice.Quien ha ido a ver algún partido de baby fútbol habrá notado que las indicaciones técnicas no vienen solo del Técnico, la tribuna es la que aporta para crear ésta calidad en los jugadores.
En la cancha y con la familia en la tribuna, el jugador cambia su chip y se transforma, pero no comienza ahí a veces, todo arranca casi como un ritual de fin de semana a la tarde previo al partido con la familia en la casa o el viaje hasta la cancha.
He visto a una sola mamá con 5 niños de un mismo cuadro en un ómnibus yendo a la cancha... No hay más nada que agregar, todo pasión y compañerismo..
Nuestros niños tienen una predilección por la pelota y es el juguete preferido pienso, sea niño o niña es igual. Ellos aman eso de ponerse los botines, la camiseta y toda la mística previa del día del partido o práctica (lo vivo en carne propia con mi hijo de 9 años).
Ya empezada la jornada y mentalmente preparados, con charla y todo, empiezan a jugar los que a mí parecer, encienden esa maquinaria emocional y de la que les estoy hablando... empieza a jugar La Platea, La Tribuna, esos que gritan por vos y con vos.
La tribuna con sus personajes van moldeando carácter, le infunde garra, sentimiento, pasión, lo empuja y lo levanta.
Muchos vimos a esa madre gritarle a su hijo desde la tribuna “dale che, metele firme la pata!”, a un Tío discutir con el árbitro defendiendo a muerte un foul o aquel abuelo haciendo las veces de “segundo al mando” cambiando o repitiendo indicaciones del DT.
Todas estas cosas el niño las vé y las absorve, empieza a entender de que la gracia no está sólo en pegarle a la pelota, que debe de comprometerse con su equipo igual que los de afuera se compromenten con ellos y que cada gol es la gloria para todos.
Vivo a una cuadra de una cancha de baby fútbol y cada partido se escucha como el Camp Nou, cada falta pitada viene acompañada de gritos de desaprobación y/o aplausos ya que ambas tribunas, así como los niños, juegan su partido a parte y son pieza fundamental minuto a minuto.
Repito, el uruguayo es diferente, punto.
Ahora se entiende un poquito mejor por qué los Forlán, los Suárez, los Cavanni, los Godin o Muslera? Por qué siendo tan poquitos generamos tanto? Bueno, como ven, la cosa viene desde la cuna casi y se despierta el día que entran a una cancha y escuchan el griterio de la platea, ven a un compañero trancar con todo en una pelota dividida o en aquel abrazo después de hacer un gol...
No importa el color de la camiseta, forjemos jugadores de FÚTBOL, de esos que saben dejar todo y que nos unen a todos en una emoción cuando los vemos jugar.
Salud Campeones!
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Marcelo Pereyra.
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