Tardecita noche de algún día de enero… que se yo que año...
Pateando desde hace rato, buscando la de todos los días, sobreviviendo. Caminaba por allá por el centro, una de esas calles tapada de árboles… De esas que están para el lado del agua!
'taba duro de hambre y anoche estuvo complicado… cobré con 2 chetitos.
Llegué a una pizzería donde alguna vez supe salvar el día. Me arrimé amigable, con una sonrisa y parece que funcionó de nuevo jeje. Pancita llena me tiró al sol, cierro los ojos y así como así, me llega ese aroma… que delicia… Mis ojos se abrieron como el 2 de oro! Mi corazón era una bomba y sentí el calor de 6 infiernos en mi pene…
Alerta como en la selva giro y la veo!
Una hermosa cabellera rubia, linda figura y unos enormes pechos… Ella me mira y yo la encaro, le aguanto la mirada, me le paro firme. Firme por la energía que generaban esos infiernos en mi entrepierna… Siento vibra en esa mirada… la estática de su pelo me tira onda, me chamuya mucho el vaivén de esa cola…
Como pidiendo permiso, pero con confianza, me acerco a ella… quiero olerte! Quiero llenar mi nariz de vos!!
Olí su pelo, lo recorrí todo, de punta a punta y llegué… por dios que aroma exquisito… Son de esos aromas que se generan a veces cuando tenemos sexo. Cómo cuando se mezclan las esencias y mutan la feromona, la destruyen y la vuelven a armar en algo mejor, eso que te da la energía para arremeter como un vikingo a la conquista…
Mi nariz rozó su piel, mi lengua también, si, mi lengua también pero no, una si no varias, como saboreando una de las comidas más ricas jamás comida…
La onda entre ella y yo fue al contacto y sin vueltas para ambos.
Un poco de jugueteo, un saltito acá, otro poco de lengua… esta vez ella me devolvió la gentileza… y si que sabe usar esa lengua… maamita! Subió y bajo sobre mi hombría y la sometió. Salió a la conquista de ese mástil y lo hizo… no quise tener fuerzas para frenarla… quise dejarme ganar...
Correteamos un poco y llegamos a una obra en construcción. Atrás de unos fierros, pasando el agujero en la chapa… ahí mismo…
Enloquecer según la ciencia es “malo”, pero ahora estoy re loco con ella y me siento bárbaro… Paradoja? Ironía? Sarcasmo? Calentura? Sensación Térmica?
Nos frotamos mucho, nuestras pieles compartieron sus temperaturas, se enredaron nuestros pelos… explotabamos los 2 pfff ...
El calor crecía y de momentos nos pusimos bruscos, tanto que en un momento sentí un “Para!” Y ahí la ví acomodándose, para dejarme entrar de una vez y buscar hacer chocar los átomos a la mayor velocidad posible.
Se acomodó de tal forma que yo tenía total visión de ella… de ella toda. Se había puesto estilo perrito pero con esa hermosa variante que denomino “La Alabanza”, donde pude poseerla como se debía, como nosotros queríamos. Rápido y ágil me pongo atrás de ella y la sujeto firmemente de sus caderas… uff esas caderas, parecían talladas para mí.
Mi pene ya era una vara de hierro al rojo vivo así que, algo brusco de nuevo, le hice saber cuánto quería que esto pasara. Un pequeño gemido y el jadeo fue lo único que se oyó en ese rato. Todo el otro ruido y las explosiones iban por dentro, aturdían la piel al rozar y creaban humedales, esos que lubrican las carnes extrapolan las sensaciones.
Y fue así que estallé, que me desbordé y se me relajaron los músculos…a ambos nos paso lo mismo, la sincronía del más caro reloj suizo…
Se había creado una galaxia? Que fue toda esta energía disipadaa? Uuuuuhhhhhh…
Después de eso nos abrazamos un rato, como tratando de entender porque a veces somos tan fáciles a la carne, nos dejamos ir y tiramos la brújula al diablo…
Peero entre la pizza que me había comido y está experiencia agoté la batería… me dormí. Cuando me di cuenta se había ido.
Traté de ubicarla pero nada, se la había tragado la calle.
Y esa fue una anécdota posta posta! Me pasó hace un tiempo a mi, El Firulais… una conjunción de razas, mal llamada “mestizo”, una noche de enero... de que se yo que año...
Marcelo Pereyra.