
Bueno, por dónde empezar este borrador… ¿?
Ta, primero que nada me presento, soy Maite y esta es una pequeña historia que, aunque parezca común, no lo es tal.
Soy una mina dislocada, a veces colgada en si misma, rutinaria para algunas cosas y totalmente volátil para la mayoría, dirían mis amigos jaja.
Mis días arrancan como a las 8 am, ducha, armado del mate, un par de galletas de arroz y ta, nada de glamour... Ah! y le doy de comer a mi lorito, Carmelo, gran conversador jaja.
Para ir a trabajar tengo que hacerlo en bus y tengo 2 opciones y 2 caminos diferentes para cada uno de ellos, que voy variando según lo cansada o malhumorada que esté.
Hoy estaba lloviznando así que me fui a tomar el bus que me dejaba más cerca del trabajo, aunque paradójicamente, es el que está más lejos de casa. Como iba con el paraguas hoy no llevé mate, así que tenía que enfocar mi cabecita en algo y trate de disfrutar la “flora y fauna” en el recorrido. Iba yo muy en mí, en mi éter matinal, colgada, mirando todo y nada, y en una de esas “nadas” ví 2 ojos borrosos, que no me miraban a mí… creo que estaban en su éter también…
Esos ojos pertenecían a un señor muy viejito, que estaba sentadito ahí en un comedor, mirando todo y nada, por una ventana de esas enormes, casi acaparaba el vacío de su mirada. Sentadito en su silla, puño con pose pensante en la sien y un reloj pausado… CREO, que a propósito.
Sin mucho más esa mañana, seguí mi rumbo a mi día, pero ya sabía que esto no iba a pasar desapercibido.
Días y semanas complicadas, salidas, estudio, vida en general digamos, pero esa imagen de aquel viejito no se fue de mi retina. Tanto fue así que decidí elegir esa línea de bus día a día, no importaba que fuera la más lejos para ir y volver, o que si llovía no iba a poder tomar mate por el temita del paraguas… maldita biología que solo nos dio 2 brazos uffff :)
Casi que como misión diaria, salía de casa buscando ver esa ventana y tratar de entenderla aún más si era posible. Una de esas mañanas pasé por ese ventanal y ahí estaba el tipo, desayunando ree tranki, parecía un simple café con leche y un pedazo de pan, a la vieja usanza digamos. Voy pasando, y se ve que mis ojos investigativos fueron tales que llegué a interrumpirle ese trago de café con leche, y como quien es visto infraganti, me míra!
Rápidamente baje la mirada y seguí caminando, con un calor y una vergüenza suprema, como nunca senti, pero… valió la pena Maite, acaso no era lo que buscabas?
Los días siguen pasando, a sus 24 pasos, como de costumbre.
A la semana hice lo mismo, pasando, no tan rápido esta vez, como buscando algo más de…
Llegando veo ese ventanal y ahí el tipo, sentado él y su vacío, perplejos en una nada parecía. Pero hoy sí cruzamos miradas, perforamos ese aire denso y personal, y las miradas por segundos, se tocaron.
Esta vez no bajé la cabeza, ni sentí calor, ni vergüenza, ni apure el paso, seguí tranki nomás. Ambos lo hicimos, yo al laburo y él, vaya a saber a qué...
Por qué me llamará tanto la atención esa imagen? Qué veo de extraordinario en algo tan común como el absorto de alguien más? Sos rara Maite…
Como a los 2 días, volví a pasar, llegando a las esquina, ansiosa, veo desde lejos algo raro… la persiana cerrada!
-pucha, el don se me quedó dormido hoy me dije. A quién no le pasó? jeje.
Visto que hoy si era un día algo monótono, seguí mi viaje. Sin darme cuenta, había cambiado mí atmósfera por la de alguien más. Fa!...
Al día siguiente, como esta extraña rutina me pedía, pasé por esa ventana y ahí estaba él, esta vez con su termo y mate. Mate de pata de vaca y con esos termos de antes, los que tenían un “piquito”, como los que usaban nuestros abuelos. Se acuerdan??
Al pasar por ahí, cruzamos miradas, claras y despiertas…no había vacío!
Ahí mismo el veterano, de forma muy amena, me saluda mostrándome la palma de la mano. Dando el primer paso afuera de su monotonía matinal capaz? Yo creo que sí.
Después de esa mañana y con el "hielo roto", siempre que cruzábamos miradas, nos saludábamos mutuamente. Se quería volver parte de la rutina esto, y a mí, me gustaba. No todos los días conectas, en cierto punto con un extraño verdad? Aunque reconozco que la empatía no es para todos.
Llegando a su ventanal un día, y desde lejos ví el caos, se quebró el silencio y se me cayó el mate de las manos… un gran cartel de SE VENDE colgado de su persiana cerrada…
Qué pasó!? Cómo y por qué cambia todo tan rápido a veces?? Que alguien me explique…
No convencida de lo que ví, seguí pasando día tras día por ahí, extrañaba ese otro espejo, ese que me sacó del mío :(
Pasaron los días y uno siempre piensa lo peor, un viejito viviendo solo… debe de haber fallecido, lo mataron, se lo llevaron a una casa de salud o andá a saber que tragedia.
Una tarde a la vuelta del laburo veo ese cartel nefasto, aún colgado... Maldito!
Ese día había una vecina baldeando la vereda, sin pensarlo mucho y con la intriga más grande del planeta la encare:
-vecina buenas tardes, de casualidad Ud sabe que fue de la vida del viejito que vivía acá hasta hace unos días??
-ah si, Federico! Si pobre, estaba viejito ya y hacia muucho que vivía solito…
Ahí se me cerró el pecho y se me apretó el corazón…
-si, parecía bien viejito si, que le pasó? No me asuste...
-no no, no le pasó nada grave, al contrario. El tenía un hijo en España hacía muchos años y ta, el volvió y se lo llevó a vivir con él. Era lo que Fede soñaba después de que falleció su señora.
Al escuchar eso se inflaron ambos, el pecho y el corazón de alegría ajena. Saber que esa foto vacía que veía en su mirada, esa atmósfera densa y llena de nada que lo rodeaba ya no se iba a dar más para él, es un regalo tan tan grande, que llena el alma y te deja la sensación de que por más extraño que sea uno u el otro, si miramos bien y con ganas, yo creo que podemos llegar a conectar, a empatizar.

Sacudamos ese éter en el que se nos hace fácil vivir o sobrevivir, y miremos más y con ganas. Siempre hay detalles y personas por ver, no le bajemos la persiana a la vida.
Gracias.
Marcelo Pereyra.
Coco te felicito
Me encantó y que real .....