Ramiro es un ser único por donde lo mires. Tiene una simpatía y una dulzura envidiable dirían muchos, se nota que quiere y sabe amar. Aunque ya está entrado en años aún mantiene su estirpe y levanta miradas por donde pasa. Es muy activo y siempre anda en algo, no se aburre nunca, "parece gurí chico" dijera mi abuela jaja.
Pero como les digo una cosa les digo la otra, así como lo ven a este personaje, tiene algunas fobias que a veces lo trastocan, lo sacan de su eje y lo vuelven vulnerable.
La peor de todas sus fobias es estar solo, en el silencio de su casa… como creo yo que les pasa a todos los perros...
Si, leyeron bien, Ramiro no es una persona, Ramiro es un PERRO.
Como les contaba, una de las cosas que pone mal a Ramiro es la soledad, esa que aparece cuando su amigo, su padre, se va a trabajar todos los días.
Notarán que dije "amigo y padre", no dueño, Ramiro no es un par de zapatos o un reloj, es un ser que fue criado y amado, con el que se comparte la vida. Aclarado esto, sigo.
Todas las mañanas, y antes de que suene el despertador, Ramiro ya está de ojo abierto, acostado, pero bien despierto gracias a esa alarma biológica que tenemos muchos seres vivos, esa que te hace despertarte 5 minutos antes que el reloj… y la que odiamos tanto muchas veces.
Riiiinnng!!
Bueno, arrancamos, actitud Ramiro, estiramos un poooco, sacudimos la cola de izquierda a derecha como si hiciera 2 semanas que no vemos a un ser humano y vamos a dar los buenos días… y ahí, ahí está él, se levantó, arranca el día!
Dicen que las pupilas se dilatan cuando ves a la persona que amas o te gusta, bueno, imaginen esas pupilas al máximo y así entenderán un poquito más a Ramiro.
Toda mañana arranca con un desayuno y una pasada por el baño verdad?
Las de Ramiro no son diferentes y mientras que su padre se apronta para ir a trabajar lo deja salir al patio a que tome un poco de aire y salude a la vecina (otra perra de la casa de al lado con la cual chusmean entre los barrotes de un portón.
PERO empiezan los problemas para Ramiro… se aproxima el fin! (Con un tono dramático a lo telenovela jaja)
Ramiro sabe que en un ratito su amigo se va, que lo deja solo, que se le van a achicar las pupilas, esas que saben quedar como 2 platos cuando lo ven.
Ahora comienza a bajar un poco el revoleo de cola, ya no queres estar en el patio y te arrimas a la puerta a mirar todo (con todo me refiero a él).
-Bueno Rami, me voy, portate bien que ya vengo…
Obviamente la despedida diaria incluye lambetazos, muchos pelitos y olor a perro en la ropa para que lo recuerde todo el día.
“Me voy… Me voy… Me voy...” Esas son las palabras que ocupan su mente ahora y, conociéndolo, por las próximas horas.
Acuérdense de lo dramático que es Ramiro en este caso jaja.
Recién se fué y ya lo extraña... Al pasar el tiempo la soledad se hace más, se hace ruido y a Ramiro le entra pánico ,y cual capitán a la deriva, crea su bitácora:
Día 1: Mi padre se fue y he quedado solo, no me gusta, me da miedo…
Dia 2: Aún no llega y yo sigo acá, solitariamente solito en esta soledad… solo.
Día 3: Sentí un ruido! será él!? No, era la heladera… uh heladera… me dio hambre… allá hay un zapato!
Día 4: Ya llevo 16 siestas, pero creo que me voy a tirar otro ratito porque sigo con sueño. Esta vez va a ser en el sillón, total, estoy solitariamente solo… en esta soledad solitaria…
Si Ramiro hubiera nacido humano tendría tremendo futuro en la televisión, su dote actoral es envidiable en Hollywood jaja.
Dia 5: Golpearon la puerta, a ladrar, a ladrar! Guau guau guau guau guau!!
Que quería decir: “ayuda, estoy solo acá, mi padre se fué y tengo miedo y hambre, manden a la policía!” o algo así, en fin…
Dia 6: -Estoy aburrido, mejor me pongo a cantar... Auuuuuuuuuuuu Auuuuuuuuu
Vamos todos!! Auuuuuuuuuuuuuuuuuuuu Aauuuuuuuuuuuuuuuuuuuu
Día 7: Siesta, cantar cansa.
Dia 8: -Guau guau guau
-guau guau!
-guau guau guau!
Salió conversación con la vecina a la distancia y como no tiene WhatsApp…
Dia 9: Me desperté de la siesta, de la otra de la otra de la otra siesta, ya perdí la cuenta de cuál, y ya no siento mis piernas, mis músculos están sin fuerzas, creo que no paso de hoy así que… con este último suspiro de aliento en mis pul!...
Su narración se interrumpe abruptamente por un sonido, ese sonido que como las campanas, anuncian las horas y esta es una campana que lo salvó de su ancha soledad… llegó él!!
Pupilas al máximo de nuevo, mover la cola con tanta fuerza como para que salir volando, saltar, llorar y saltar más todavía!!
-En que anda el Ramiro!? Qué hiciste este rato que me fui a laburar!? Ta ta, pará que me tiras! Jaja
-Guau guau guau… guau guau guau...
-Cuanta emoción! y eso que me fui un rato nomás... dale vení, vamo' a comer algo…
Bueno, ésta fue la historia de Ramiro, un perro algo especial, que tiene tanto amor por su padre, que cuando no está, literalmente, el tiempo es eterno... Como les pasa a todos nuestros amigos e hijos de otras razas, estoy casi seguro ;)
Agradecimientos a Lola que inspiró y colaboró con su selfie :)
Marcelo Pereyra.
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