Unicornios en el Jardín

Hoy les traigo la historia de Ismael, un tipo “normal”, de esas personas que abundan hoy por hoy.

Un personaje recurrente en la actualidad, uno más de la nueva generación, de los que no les gusta preocuparse ni complicarse.

La vida de Ismael transcurre en el día a día, sin stress ni ataduras, libre de ser diría él. Vive sólo en un apartamentito ahí por Colón pero hoy encara una mudanza, cambia de nido digamos.

Después de años viviendo en el mismo lugar, y sin crear un sentimiento de pertenencia, también buscando salir de ese apartamento tan pequeño, encontró una casita por allá por el Prado y se va nomás.

Hermoso barrio, de esos con perfume de flores e historia.

Sábado, tempranito en la mañana llega el flete y arranca la mudanza.

Generalmente, y los que han pasado por mudanzas entenderán mejor lo que quiero decir, cuando vas sacando las cajas y llevándolas al flete, te entra una pequeña nostalgia y empezás a acordarte de cosas, anécdotas y aparecen muchas fotos mentales… Ismael nada, cero, indiferente totalmente al momento, esto era solo una mudanza nada más, moverse del punto A al punto B, listo.Como ya les díje, él no cree en el apego.

Cargado todo, revisada toda la casa para no olvidarse de nada, cierra la puerta, se sube al vehículo y arranca… sin siquiera mirar atrás.

Lo pasado nunca existió??? Se ve que no…

Después de un pequeño viaje llegan a su destino (eso era lo que no sabía Ismael ;) )

Se veía una linda casita, de esas que supieron albergar familias y compartir asados, las de barrio de antes, con gurises jugando en la vereda y aire limpio.

El camión de la mudanza no pasó desapercibido y miradas curiosas brillaban en las ventanas, como cámaras de vídeo vigilancia digamos jaja.

La casa de Ismael tiene un jardín amplio, de esos que necesitan bastante atención… de esos que evitaba Ismael… Peeero…

Casi por terminar de descargar las cosas, hubo algo que llamo la atención a Ismael.

Su casa estaba junto a otra muy linda, donde viven 2 ancianos, Julia y Ramón, un matrimonio de “siglos”.

En una de esas idas y venidas Ismael vio a estos 2 personajes, en una situación impensada para él.

Estaban allí los 2, arreglando su jardín, aunque en realidad era él que estaba cortando el pasto mientras ella le cebaba unos mates y le habla de la vida de la langosta y de porque el rosal no había florecido aún… temas sin correlación, que no tenían porque tenerla.

Ismael no sabía que todo sucede por algo y que todo, también, tiene su tiempo… pero lo iba a aprender, ya verán.

Antes de empezar con la tediosa tarea de re acomodar todo, decidió tomarse un descanso y salir a su jardín a tomar un poco de aire. No pasaron ni 5 minutos cuando estos 3 personajes (Julia, Ramón e Ismael) hicieron contacto visual por primera vez.

-BUEN DÍA VECINO, BIENVENIDO!!

Se escuchó de sopetón, como derrumbando muros de hielo y sin dejarme terminar de describirles la escena siquiera.

-hola, buen día… gracias…

Esas fueron las “efusivas” palabras de un sorprendido y descolocado Ismael. Muchas cosas nuevas en un solo día pensó y se retiró.

Estando ya establecido y con su rutina de habitual, aunque atendiendo siempre, vaya a saber uno porqué, a la imagen que era recurrente, la de los 2 veteranos en el jardín charlando y compartiendo.

Algo de esa foto había hecho ruido en Ismael…

Volviendo un día, a la mañana, de una de sus salidas los vé, pero ésta vez, estaban en la vereda y no se pudo evitar el momento:

-buen día mijo… noche larga no? Jeje

-digámosle así si jaja

-‘ta bien, ‘ta bien, no aclaremo' que oscurece jaja

-jaja no, mejor no

-‘ta luego nene

-chau chau

Este tipo de intercambios con otras personas, desconocidos y a estas horas de la mañana eran impensados para Ismael… se ve que fue una buena noche ;)

El tiempo transcurre y las charlas entre vecinos se hacen mucho más seguidas. Parece que ciertas barreras ya se veían bajas en Ismael.

Julia era la cebadora oficial de la casa porque Ramón… como cebador… como cebador es un gran jardinero jajaja.

En una de esas charlas, con mate de por medio Julia no se aguantó y le largó esta pregunta:

-che nene, vos tenés novia?

Novia/o: Palabra con muchos significados, varios sinónimos y antónimos en el diccionario de Ismael.

-este… no no, solito y tranquilo, no es lo mío el compromiso ni “el título” …

“El título”… que diccionario más raro tiene este gurí jaja.

Los veteranos se miran y con una pequeña sonrisa parecian cómplices de algún secreto que obviamente Ismael aún no conocía… aún…

-ahh bien… (dijo Ramón)

-y uds, cuanto hace que son pareja?

-no somos PAREJA, estamos casados hace unos 50 años... (aclaro fuerte y claro Ramón)

-50 AÑOS!??

-Si señor, 50 añitos ya…

-pa'… cómo hicieron? (se oyó como quién pide una receta de bizcochuelo)

-y mirá nene, no fue fácil en muchos momentos de la relación, pero cuando se conoce el valor y hay ganas, se logra. Es como este jardín, mirá que frondoso y lindo que está, todo a fuerza de trabajo, pero más aún, de mantenimiento… y siempre de a 2…

Los ojos de Ismael no daban crédito a lo que veían, si los ojos, por qué? Porque estaba en presencia de esos seres mitológicos, que cuentan las historias, solo algunos logran ver… los Unicornios...

-que bueno vecinos, los felicito por su “jardín”, se lo ve muy lindo y cuidado si… bueno me voy… llego tarde… chau…

Y se fue, tarde a ningún sitio, pero apurado a digerir mejor lo que terminaba de ver y oir…

Ven cómo las cosas tienen un momento y un lugar? ;)

Ismael nunca más fue el mismo, ya que esa charla marcó su cabeza díscola y le implantó una duda existencial muy linda… la duda de “por qué no?”

La vida muchas veces te va marcando un rumbo y depende de uno aceptar o no, de querer transitarlo pese a las piedras u obstáculos, aunque a lo lejos se divise, cual espejismo un oasis, ese en el que muchos por miedo elegimos no creer y abandonar la marcha.

En esta época de gente descartable y sin ganas de creer, hagámoslo, creamos en los Unicornios, porque ya les demostré que existen… y si no, pregúntenle a Ismael ;)

Marcelo Pereyra.